Hospital de bosque

(Carlos Ceballos de Castro: Madrid, 1963, colegio religioso, peón de albañil, educador de calle, animador sociocultural, Filología Hispánica, profesor de adultos y de instituto. Dos años en Guinea Ecuatorial, siete de fruticultor agroecológico. Actualmente se forma en el ámbito de la bioconstrucción y en destrezas afines, para ayudarse y ayudar a otros a vivir más sanamente, sin servidumbres de bancos ni grandes compañías).
Nunca que se coacciona a la materia
es espíritu el hombre.
Escuece este jardín arrojado a su infierno.
Los hombres se empeñaron en matar
todo lo que muere
y yo me siento a sentirme un inválido,
prisionero de mi angustia,
llamada en otro tiempo cobardía.
Quiero a esos pájaros —me digo—
y no hago nada por sus nidos.
Quiero a esos árboles, dueños de sí,
altivos ante el ruido torturado
de su muerte.
Ahora adoro incluso a la maleza
que araña un grito en el verano;
a esa broza segada inútilmente
que escondía sorpresas animales.
Tantas hazañas hacia el cielo
extirpadas por una cirugía
de médicos enfermos en su afán,
o de gloria o de muerte o de ser Dios,
que viene a ser lo mismo.
Como quisiera ser un hombre
y convertir estas ganas de llorar
en batalla.
Carlos Ceballos de Castro